En 1995 Miguel Milá diseñó una versión del banco romántico de toda la vida. En lugar de las varillas de madera pintadas de verde puso lamas desnudas de mayor grosor y sustituyó la antigua fundición de hierro por aluminio, que se conserva mejor. Además, el nuevo banco era ergonómico, se adaptaba al cuerpo, era antivandálico y se mostraba atento a los cambios sociales: hacía hueco a los solitarios, permitía contemplar el paso de la gente en butacas individuales.

Siete años después, el Neorromántico es un banco reciclado y reciclable. Fabricado con polipropileno, fibra de vidrio y una mezcla de PVC y fibras vegetales, podrá además resistir la lluvia y el sol sin necesidad de mantenimiento. Tras 14 años de vida, el nuevo Neorromántico parece el mismo de siempre (nada en su forma perenne empujaba a cambiarlo), pero su fabricación encierra una revolución: también las ciudades pueden ser sostenibles. Javier Nieto, la cabeza de la empresa catalana, habla de biofilia, un término que según él describe "la necesidad humana de afiliarse con la naturaleza para diseñar el entorno construido". Nieto está convencido de que la crisis "ayudará a desenmascarar el despilfarro, la banalidad y lo prescindible".
Además la propuesta incluye la farola Led@, ya instalada en varias ciudades españolas, emite luz directa e indirecta. Con tecnología led (que permite gran ahorro energético y dura mucho más) la nueva luz urbana favorece el bienestar de los ciudadanos al emitir una luz reflejada, no directa y, atención, regulable.
Todos esos factores mejorarán la vida en la calle.
Fuente: elpais.com
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